Devocionales

El amor es una persona

¡El amor, el amor, el amor! ¡Que bonito es el amor!

Por lo general nos referimos al amor como un sentimiento, pero la realidad es que el amor es una persona. Analicemos 1 Juan 4:7-11 para comprobarlo.

El Versículo 7 nos anima a amarnos unos a otros y nos da una razón para hacerlo: porque el amor es de Dios. El Versículo 8 va más alla y afirma que el amor es Dios. La ultima linea corfirma lo que dije al inicio. El amor no es un sentimiento. El amor es una persona. ¡Dios es amor! El amor tiene su origen en Dios. En otras palabras Dios es el amor mismo.

Siendo que Dios es amor, no podiamos esperar de Él nada más que amor. Solo el amor podia idear y llevar a cabo un plan en nuestro favor, un plan para salvarnos. El Versículo 9 declara que el amor se mostró cuando Dios envío a su unico hijo para rescatarnos y darnos vida. En el 10 encontramos que el amor consiste en que Dios nos amó y  envío a su hijo a morir por nuestros pecados. El muy conocido Juan 3:16 tambien nos habla de ese gran amor.  !Que amor tan maravilloso!

El Versículo11 vuelve a animarnos a que nos amemos unos a otros, asi como Dios nos amo. Notemos que esta es practicamente una invitación a seguir el ejemplo de Dios. Hasta aquí entendemos que el amor es una persona, Dios y que debemos seguir su ejemplo de amor. ¿Pero como lo podemos lograr?

La respuesta a esta pregunta esta en la primer linea del Versículo 8 que salte a propósito para explicarlo ahora. Y dice asi: “El que no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es amor.

Para poder amar, primero debemos conocer a una persona, debemos conocer a Dios. El amor mismo. Por supuesto no estoy diciendo que solo los cristianos pueden amar, porque creo que Dios nos creo con esa capacidad. Sin embargo, un amor desde un corazón humano sin conocimiento de Dios es egoista y hasta selectivo. Por el contrario, cuando amamos con el conocimiento de Dios que es amor, la historia es diferente. Un corazón siempre humano, pero tocado y cambiado por un ser divino puede ser capaz de amar como Dios ama.

Medita en 1 Corintios 13:4-7. Si tu amor no es nada parecido a este, entonces necesitas conocer el amor. Necesitas conocer a Dios.