¡Escríbela!
Eres de los que tiene una lista de lo que debe hacer pegada al refrigerador? ¿O talvez llenas las notas de tu telefono inteligente (mi caso)? ¿O eres más práctico y simplemente escribes la lista sobre la palma de tu mano?
Conozco a una señora que siempre que la veo tiene escrito en la palma de su mano izquierda algo que debe hacer. Debo reconocer que he recurrido a ese metodo en ocaciones. No importa de qué forma lo hagas, el objetivo es el mismo. Escribir algo que necesitamos hacer sobre un lugar visible. ¿Donde he visto esta idea? ¡En la Biblia por su puesto!
Estas son palabras de Dios dirigidas a su pueblo. Dios sabía que ellos olvidaban su ley con facilidad. Por eso entre otros consejos que les da para evitar este problema, les sugiere que escriban su ley sobre los postes y las puertas de sus casas.
¡Esta es una idea genial! ¿ Que pasaria si nosotros tambien seguimos este consejo?
Imagina la ley de Dios escrita en tu mano, en las notas de tu telefono o en la lista del refrigerador. O como dice la Biblia sobre los postes de tu casa y en tus puertas. Parece un plan bastante bueno, pero quizas como el pueblo de Israel caeriamos una y otra vez aun viendo la ley de Dios escrita por todas partes. Y es que, no es suficiente tenerla escrita en un lugar donde la podamos ver. Es necesario que este en nuestra mente y corazón.
Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios. Hebreos 8:10
Es importante que no pasemos por alto estas palabras, porque es en nuestra mente donde se fabrican nuestras acciones, buenas o malas. Debemos permitir que el Señor escriba su ley en nuesta mente y corazón. Solo asi podremos ser capaces de mantenernos firmes y fieles. Y solo asi podremos caminar de acuerdo a la voluntad de Dios. Cuando eso ocurra, su ley no sera para nosotros una carga sino un deleite. No veremos más la ley como una “lista” de cosas que debo hacer. Al contrario estara tan dentro de nosotros que la cumpliremos sin darnos cuenta. Y como el Salmista diremos:
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón. Salmos 40:8
Si permitimos que la ley de Dios habite en nosotros, esta moldeara nuestros pensamientos y en consecuencia nuestras acciones.