Buscando la luz
Me gusta admirar la belleza de las flores y disfrutar de su aroma. Los girasoles son de mis preferidas, de hecho me recuerdan mucho a mamá ya que eran sus favoritas. Hace un tiempo tuve la oportunidad de visitar un campo de girasoles. ¡La experiencia es simplemente maravillosa! Me impresionó ver tantos girasoles juntos, su intenso color amarillo y la majestuosa altura que pueden alcanzar. Son flores realmente hermosas.
No es un secreto que estas flores reciben su nombre por su comportamiento, y es que ellas giran sus tallos siguiendo al sol desde que este sale por el oriente hasta que se pone. Lo interesante es que por las noches hacen el mismo recorrido pero al contrario para esperar la salida del sol al dia siguiente. ¿Porque lo hacen? La respuesta es sencilla. Los girasoles necesitan la luz y el calor del sol para poder crecer, es decir sin ese comportamiento los girasoles no crecerian adecuadamente. Y es aquí donde encontramos la primera lección para nuestras vidas. Asi como los girasoles estan buscando constantemente la luz del sol para crecer, nosotros debemos hacer lo mismo. Como podriamos crecer espiritualmente sino buscando cada dia la luz. Y la luz que necesitamos no es otro más que Cristo Jesús. Él mismo dijo en Juan 8:12…
Cuando miramos a Jesús, nuestro Sol de justicia y caminamos a la luz de su palabra las tinieblas desaparecen. La venda de desconocimiento se cae de nuestros ojos y podemos ver cual es la voluntad de Dios para nosotros. Y aun hay más. Jesus no solo es la luz sino tambien la vida. Y nos promete una vida abundante y eterna. No una vida fugaz como la de los girasoles que por más que busque la luz del sol no duran más de 4 semanas (la planta vive entre 5 y 6 meses pero su flor solo 4 semanas)
Saben que la idea de que los girasoles siempre siguen al sol, no es del todo cierta. Según los cientificos los girasoles dejan de seguir al sol una vez que alcanzan la madurez. Cuando esto sucede se quedan en la misma posición hasta que mueren, o sea mirando hacia el oriente. En este hecho encontramos la segunda lección. Los girasoles solo siguen al sol cuando estan jóvenes y lo necesitan para crecer. Una vez maduran no vuelven a girar con el sol el resto de sus vidas. Como hijos de Dios tambien tenemos un punto de madurez, según Efesios 4:13…
El Apostol Pablo se refiere aquí a la Iglesia. Pero tambien es cierto que como individuos debemos alcanzar madurez espiritual. ¿Como podemos lograrlo? Cuando alcanzemos fe y pleno conocimiento de Cristo, entonces seremos hombres y mujeres perfectos, hombres y mujeres maduros. Jesús es nuestro ejemplo y nuestra meta. Cuando ponemos nuestros ojos en el autor y consumador de nuestra fe, no podemos hacer otra cosa más que crecer, crecer y crecer. Como resultado llegaremos a la estatura de Cristo. No es algo que pasara de la noche a la mañana, por lo tanto no podemos descuidarnos, al contrario debemos aumentar nuestra fe y conocimiento de Jesús cada dia. Asi como para los girasoles la necesidad del sol es diaria, tambien nuestra necesidad del Sol de Justicia.